La belleza está en el interior ¿Sabes buscarla? Mini cuento con moraleja

El cuento de hoy lo escribo después de escuchar en la radio una noticia que me ha dejado sorprendida, preocupada y triste a la vez. Una madre le ha regalado a su hija de 10 años un vale para un retoquito en un cirujano plástico. ¿Perdona? ¿Me he perdido algo? ¿Pero qué madre es esa? Yo no soy así ni quiero serlo nunca. A los hijos hay que enseñarles a aceptarse como son y a ser guapos por dentro, no sólo por fuera.

Pues bueno, aquí va el cuento:

María estaba paseando por un prado que había detrás de la casa del campo de sus abuelos. De repente, entre las hojas, pudo ver que el sol se reflejaba sobre algo escondido y corrió para ver lo que podía ser. Quitó impaciente las hojas y apareció una caja. Tenía unos hermosos dibujos y colores muy brillantes. Era preciosa. Intentó abrirla, pero estaba cerrada.

“Me la llevaré a casa para abrirla. Siendo tan bonita, seguro que dentro habrás algo todavía mejor” Pensó María.

Pesaba mucho. Quitó el resto de hojas para poder cogerla y, ¿cuál fue su sorpresa? Entre las ramas, había otra caja cerrada del mismo tamaño. Pero esta estaba llena de imperfecciones, la pintura estaba desgastada y apenas se veían los hermosos dibujos. María pensó que no podía cargar con las dos. Así que eligió llevarse la caja brillante y bonita.

Al llegar a casa, consiguió abrir la caja. ¿Y sabes lo que encontró? ¿No? Una nota que decía:

“La belleza no siempre está a la vista. Si eres capaz de buscarla, la encontrarás”

María corrió a buscar la otra caja y al abrirla encontró un magnífico tesoro.

Moraleja:

Hay una frase de Confucio que me encanta: “Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla”

Hay que saber buscar lo mejor de cada persona en su interior. No porque un niño o niña sea el más guapo, el más guay o el que más juguetes tiene… significa que sea el mejor. Cada uno tiene sus defectos pero todos tienen algo especial.  Sólo hay que saber buscarlo en los demás y en nosotros mismos.