#150palabras Perdido entre las máscaras

#150palabras Perdido entre las máscaras

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Era carnaval y la calle estaba abarrotada de gente con máscaras y disfraces. El pequeño Pedro estaba mirando las serpentinas de colores que decoraban las calles, mientras que su madre le decía que no le soltase la mano. Pero no prestaba atención, sólo estaba atento a aquellas canciones tan alegres que sonaban. De repente, se giró y no encontraba la mano de su madre.
“¿Dónde está mi mamá?” Se preguntó Pedro
Al ver que estaba rodeado de personas a las que no conocía, empezó a llorar y a llamar a su mamá. Nunca había pasado tanto miedo.
Pero entre las máscaras, pudo ver unas luces azules que fácilmente identificó. Recordó que su madre le había enseñado que si alguna vez se perdía, debía buscar a un policía y decirle lo que ella le había explicado. Y eso hizo.
El policía al ver al niño llorando, lo cogió en brazos y trató de calmarlo. Pedro  explicó que no encontraba a su madre y le dijo su nombre y el de sus papás. Hasta se sabía su dirección. A los pocos minutos, otro policía llegó con su asustada mamá. Por fin estaban juntos.

Moraleja:

Hay que ir siempre de la mano de los mayores para no perderse. Pero si te pierdes, busca a un policía y te ayudará. Así que papis, enseñadle sus nombres y los vuestros. Y si podéis, la dirección de casa o un teléfono.

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10 comentarios en «#150palabras Perdido entre las máscaras»

  1. Yo también escribí sobre una niña que se pierde…mMy buena la moraleja, me ha gustado mucho el relato. Yo este verano le escribí el teléfono en una pulsera y le dije que si se perdía se lo enseñara a la gente. iba por toda la playa enseñando la pulsera y diciendo «es el teléfono de mi mamá» jejeje

  2. Por fin puedo comentarte, eso si..desde pc que ya sabes que mi movil no te quiere…jajajaja
    Que angustia que se pierda un peque, otra técnica es apuntarles el tlf en el brazo, o un colgante con los datos básicos de contacto.
    Un abrazo!

  3. Me ha encantado el cuento. Totalmente de acuerdo en que deben buscar un policía si se pierden. Para ellos es un susto tremendo, pero a los padres se les para el corazón hasta que aparecen

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