¡Hola! Río de Janeiro es una ciudad espectacular. Sinónimo de la samba y del carnaval, quizá el más famoso del mundo, protegida desde las alturas por el Cristo Redentor, la gran metrópoli brasileña es un reclamo turístico en cualquier época del año.
Y como todo destino turístico, requiere una buena planificación para sacarle todo el provecho a la experiencia, sobre todo si se va con niños. De tal manera que una serie de recomendaciones siempre serán bienvenidas, más aún si se trata de la primera vez que se viaja a la Ciudad Maravillosa, como se le suele conocer.
Alojamiento y transporte, lo primero a garantizar
Río de Janeiro es una ciudad enorme. La segunda más poblada de Brasil, y ya eso es un indicador de la cantidad de habitantes. Pero, al mismo tiempo, es la que más turistas recibe en Brasil, lo que indica muchas más cosas:
- Hay que planificar bien los recorridos, itinerarios y actividades, para anticiparse a la demanda. Esto es algo más difícil de lo normal si los peques están aquí, por lo que es conveniente que se haga bien, haciendo énfasis en buscar sitios que contengan actividades para que se diviertan; y por supuesto, que los padres también lo hagan. Yo, en este tipo de ciudades, recomiendo contratar un tour guiado en grupo.
- Hay que garantizar el alojamiento y los medios de transporte, para aprovechar los buenos precios. Para el alojamiento, siempre viene bien revisar un listado de opciones de los hoteles todo incluído en la ciudad, ya que pueden ofrecer un sinfín de servicios, incluyendo tours y actividades tanto para niños como para mayores, y así no tener que preocuparse por planificarlas de forma independiente y suele ser más seguro.
En general, optar por un hotel todo incluido, además, brindará más tiempo libre y menos gastos.
Para el transporte, hay muchas opciones, pero la que siempre predomina es la utilización del sistema de metro. El Metro de Río de Janeiro funciona muy bien y, por encima de todo, está conectado con la mayoría de los puntos de la ciudad, al menos los que tienen cierta demanda turística o cultural. Esto puede ser una magnífica opción para que los niños conozcan y vean paisajes, además de hacerles fotos; sin duda una buena experiencia.
Lo que sí debe agendarse con tiempo es la forma de llegar desde el aeropuerto al centro de la ciudad, ya que está un poco alejado, a unos 22 kilómetros.
Visitas imprescindibles tanto para padres como para hijos
Una de las ventajas de Río es que muchos de sus atractivos turísticos se pueden visitar en la mañana, otros en la tarde, otros se verán mejor entrando la noche. Eso permite que muchas actividades se puedan concentrar en un par de días, sin que pierdan su encanto.
Aquí una lista de esos lugares y atractivos imprescindibles:
- El Pan de Azúcar, que es el cerro más icónico de la ciudad, y que cuenta con un mirador para vistas panorámicas de toda la metrópoli.
- Otro cerro es el del Corcovado. En su cima está la famosa estatua del Cristo Redentor, que debería ser una visita obligada para todos los que están en Río de Janeiro, ya que se trata del símbolo absoluto de la ciudad.
- Visitar las playas, principalmente las conocidas internacionalmente, Ipanema y Copacabana. La primera, de ambiente tranquilo y exclusivo; y la segunda considerada ideal para quienes buscan más diversión y actividades al sol, lo cual es la ideal para ir en familia.
- Desde el punto de vista cultural, histórico y arquitectónico, en Río de Janeiro también es imprescindible visitar la Catedral Metropolitana, el Museo del Mañana y el Jardín Botánico. En cambio, si se trata de un apasionado al deporte, es obligada la visita al Maracaná, el estadio de fútbol de mayor capacidad de Sudamérica y uno de los que más historia tiene a nivel mundial.
Escoger bien la época del año
Lo mejor sería visitar Río de Janeiro en pleno verano, o bien entrando en la época del Carnaval y los peques tienen vacaciones. Pero, bien es cierto que los precios y la demanda se van a disparar en esos días, por lo que pudiera ser una buena recomendación aprovechar la época de invierno, aunque no cuando esté lloviendo todos los días, ya que será poco lo que se pueda disfrutar al aire libre.
A pesar de ser enorme, Río de Janeiro es una ciudad que se puede recorrer y disfrutar en una semana o menos. Todo dependerá de lo bien que se planifiquen las actividades y los recorridos.
