5 consejos para enseñar a nuestros hijos a sacar sus propias conclusiones

5 consejos para enseñar a nuestros hijos a sacar sus propias conclusiones

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Los niños tienden a copiar, imitan lo que ven y de esa manera van aprendiendo. Justamente, lo primero que aprenden es eso: la imitación. No obstante, es obligatorio que también desarrollen la capacidad de hacer deducciones propias. Por ejemplo, que en ciertos momentos no se limiten con “seguir los pasos de sus padres o personas mayores”; sino que tengan deducciones propias a partir de las cuales tomen decisiones particulares. 

Para sacar conclusiones propias es necesario tener y comparar información. Y para tener esa información, es obligatorio investigar. Por supuesto, la investigación conlleva una dosis de curiosidad. No obstante, esa capacidad investigativa tiene muchas variantes. Por eso, en portales como tiposdeinvestigacion.com se describen “las principales clases de investigación” y de esa manera saber cuál inculcar a los niños para que hagan conclusiones por su cuenta. 

5 Tips para que los niños sean capaces de hacer deducciones

No es fácil aplicar esta enseñanza en los más pequeños. Ya hemos comentado que los niños aprenden imitando. El más claro ejemplo al respecto es el lenguaje: copian los sonidos que oyen de los adultos, imitan la manera de usar labios y lengua para producirlos. No obstante, con el paso del tiempo cesan de “imitar” y emplean el lenguaje con soltura propia. Este cambio es un indicio de un pensamiento de conclusiones y decisiones propias. 

Hay maneras de motivar a los niños a tener conclusiones propias. Es decir, que dejen de imitar y empiecen a analizar lo que sucede en su derredor. A partir de este pensamiento, tienen inferencias propias con las cuales tendrán sus decisiones particulares. Veamos algunos consejos al respecto. 

  1. Entender las relaciones “causa-efecto”: si un niño entiende que “empujando un objeto sucede que este se mueve, y puede caerse” entonces dará un paso importante. Para lograr este cometido se debe inculcar un pensamiento investigativo que le permita reunir datos sobre las causas y efectos.
  2. Pensar de manera deductiva: no basta con que el niño observe y en su mente compile información. Es necesario que aquello que el niño descubre, sea usado para sacar deducciones. Es algo diferente a la imitación, donde solo se copia sin sacar inferencias de lo observado o copiado. 
  3. Aprender a detectar opciones: los niños deben aprender que “hay varias maneras de hacer las cosas”. Entonces, el niño puede ensayarlas todas. Al final, es el pequeño el que elige la mejor manera de obtener lo que busca. Y es que para poder “elegir”, hay que sacar conclusiones. Poner al niño continuamente a elegir le permite este modo de pensamiento deductivo.
  4. Permitir que se equivoquen: un error es mantener a los niños en unas condiciones controladas. El grado de supervisión del pequeño es corregido de inmediato cuando está a punto de equivocarse. En realidad, lo mejor es que el niño se equivoque y vea las secuelas de su error. De esa manera, el pequeño sacará como conclusión que no debe repetir aquello que lo llevó a cometer un error.
  5. Revisión de procesos: algo que puede ser complicado en los niños, pero que se debe inculcar desde corta edad. Cada vez que un niño hace una tarea, participa en un juego o finaliza una actividad; debe cotejar “la manera en que hizo las cosas”. Así aprende que todo es un proceso, una serie de pasos, y deducirá la mejor modalidad para hacer esas acciones.

En resumen, podemos aseverar que las “deducciones” en los niños son un paso que va más allá de la imitación. Además, que también son una suerte de “independencia en pensamiento”. Justamente, colocando al pequeño en situaciones donde debe ser independiente y tomar decisiones es cuando se fomenta su capacidad de sacar conclusiones.

Una pregunta frecuente es la siguiente: ¿desde qué edad debe enseñarse a los niños a tener conclusiones propias? Lo mejor es hacerlo desde la edad en que empiezan a socializar. Cuando interactúan con otros niños requieren pensar de manera más autónoma. Asimismo, si persisten en la imitación pueden copiar patrones de comportamiento de otros niños sin capacidad de revisar si son comportamientos positivos o negativos. 

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