Desde que se lanzara su primera versión estable en el año 2011, Minecraft se ha convertido en uno de los videojuegos más exitosos de la historia. Esta saga es especialmente popular entre los niños y la población adolescente, que encuentra en su universo un lugar y un formato en el que desatar su creatividad y su pensamiento computacional.
En cualquier caso, el videojuego también atrae a muchos adultos. Con Minecraft se muestra, una vez más, que los videojuegos son mucho más que un espacio de entretenimiento. En este caso, la saga actúa como herramienta para impulsar los talentos digitales a un nuevo nivel.
¿Qué beneficios ofrece Minecraft para los niños?
Algunas versiones de Minecraft son la plataforma perfecta para que los niños estimulen su creatividad. En esencia, este juego trata sobre construir estructuras y crear aldeas y mundos en tres dimensiones a partir de los clásicos bloques que todos conocemos.
De algún modo es como trasladar los juegos de construcción tipo Lego, en formato físico, al plano virtual, a un escenario digital donde las posibilidades son prácticamente ilimitadas. La Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos, confirma a través de un estudio que los progresos generados en el videojuego ayudan a fomentar la creatividad de los más pequeños.
Este interés por buscar escenarios imaginativos y el ejercicio de estructurar la mente a partir de Minecraft es más beneficioso que ver la televisión o dedicar el tiempo a otros juegos. Y es que la saga de bloques no se limita a una experiencia pasiva para los usuarios, sino que invita a los jugadores a ser ellos los creadores, los protagonistas.
Otro de los aspectos positivos del videojuego, a nivel educativo, es que potencia las habilidades STEM en los niños. Su dinámica está pensada para ir creando estructuras y llevar un orden correcto y esquematizado. Todo lo que se crea en Minecraft debe estar bien armonizado. Esto es sinónimo de pensar con lógica. A su vez, los diversos escenarios que propone el juego pueden servir como simulacro para situaciones de la vida real para las que los jóvenes estén mejor preparados.
Un apunte final es que este videojuego, y otros muchos, contribuye a que los jugadores intenten superarse día a día. Aquí el reto no es vencer al malo de una historia, sino ir creando mundos cada vez más complejos. El mundo infinito de esta saga ofrece posibilidades ilimitadas para trabajar la motivación.
¿Cómo jugar a Minecraft?
Las potencialidades de Minecraft están fuera de toda duda, eso ya ha quedado resuelto. Sin embargo, acercarse a este juego como principiante, sin conocerlo de antemano, puede generar algo de desasosiego.
Debemos tener en cuenta que hasta la fecha se han vendido más de 200 millones de copias, lo que lo sitúa en un lugar muy destacado de la industria. Esta cifra implica, solo por el volumen tan alto de jugadores, que va a haber jugadores que conozcan mejor cómo se juega.
Por suerte, Lifecole ha editado un Manual de Minecraft donde nos muestran numerosos avances para ir familiarizándonos con el juego. La idea de este compendio informativo es ofrecer las claves del juego. Con él los pequeños aprenden los modos de juego pero, además, van adquiriendo nociones de programación que podrán utilizar en el futuro si se sienten atraídos por el sector informático.
Lifecole ha desarrollado el manual con la firme intención de que Minecraft siga siendo un videojuego exitoso, porque es sabedor de que ofrece grandes ventajas adaptativas para la población más joven. La plataforma educativa propone también Campus de verano en los que aprender a jugar a este videojuego. Por otra parte, el manual está igualmente disponible a la venta en Amazon.
Un juego educativo que mejora la capacidad de concentración
Desde su posición de primera escuela online que impulsa el desarrollo de habilidades tecnológicas, en Lifecole han puesto el foco en Minecraft por sus múltiples refuerzos educativos y su amplia penetración entre los niños de hoy en día.
Este videojuego suma a los condicionantes ya citados su espíritu divertido. A él pueden jugar niños, adolescentes y adultos, luego puede ir acompañando su desarrollo desde la más tierna infancia.
Los padres, a su vez, se libran de otras opciones más peligrosas que incluyen temática violenta, muy competitiva o que directamente no es apropiado para edades más tempranas. Para concluir, este juego, al menos en sus formatos clásicos, no tiene villanos ni hay pérdida de vida, por tanto hay una preocupación menos en ese escenario virtual.
Lo que sí hay, y esto sí es muy interesante, es un modo de juego colaborativo, así los más pequeños entienden pronto que el trabajo en equipo suma más que el esfuerzo individual. Los niños pueden estar tranquilos mientras construyen aldeas, granjas y edificios. Jugar pasa a ser todo un ejercicio de paciencia, concentración y deseos de superación para crear estructuras más complejas y bien diseñadas.
