Érase una vez un poblado apartado de toda civilización. Al frente de dicho poblado estaba Katún. Cada día recibía a los vecinos para escuchar sus problemas y peticiones. Pero Katún siempre estaba pensando en sus cosas y sólo escuchaba unas lejanas palabras a las que no hacía ni caso. Sentía gran tibieza o indiferencia por lo que pasaba en el poblado. Cada día, los vecinos pedían un establo para resguardar a los animales, puesto que se acercaba la temporada de frío y los animales no aguantarían.
Katún no hizo caso y seguía pensando en banquetes y festines. Cuando llegó la época invernal, comenzó a nevar y los animales iban cayendo enfermos. Ya no quedaban vacas que diesen leche, ni ovejas que diesen lana para hacer mantas. Cuando Katún quiso darse cuenta, ya no quedaba comida en la mesa ni ropas para el frío.
Todo el poblado tuvo que ir a pasar el invierno a otros poblados lejos de su hogar.
Moraleja:
- · La indiferencia no es buena. Los problemas ajenos pueden llegar a ser tuyos.
- · Hay que ayudar a los demás.
Genial!! anda con Katún…al final su indiferencia hacia los demás,le pasa factura..
Buen domingo!
Buenísima historia para aprender a hacerse responsable y ayudar a los demás… y sobre todo… no dejar para luego las cosas que puede ser peor…
Me encantan tus cuentos con moraleja.. muy buenos… un besazo
Ya tengo otro cuento para mis chicos. Me gusta muchísimo que además de entretenidos tengan una clara moraleja.
Bssss y feliz semana
Q ilusión me hace que os guste. Los escribo con mucho cariño y pensando en qué le puedo enseńar a mi hijo con el cuento. Ya se lo he leido esta mañana. Le encanta el cuento del domingo.
Qué buenas moralejas! Me gustó mucho el cuento. Un abrazo!