Hoy el cuento no va de ciencia ni de procesos de elaboración de ninguna cosa. Se acerca la Navidad y me apetecía dedicarle un cuento. Y qué mejor cuento que la historia de los tres Reyes Magos.
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Isidro estaba ayudando a sus padres a montar el árbol de Navidad y el portal de Belén. Estaba colocando las figuritas del modo que a él mejor le venía. Colocó los tres camellos seguidos, pero se quedó pensando en el orden que tenían que tener.
Su madre lo estaba viendo y le dijo:» Primero Melchor, después Gaspar y por último, Baltasar que es mi preferido»
Isidro los colocó en el orden correcto, pero cómo era un niño al que le gustaba saberlo todo, preguntó:
«Mamá, ¿quién eran los Reyes Magos? ¿Y qué llevaban en esos regalos?»
Mamá siempre había querido explicarle la historia pero Isidro ya tenía sueño. Así que se la resumió un poco.
«Había una vez tres Reyes magos que vivían cada uno en sus respectivos reinos. Eran muy buenos y la gente de sus pueblos los querían mucho. Se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar. Un día, apareció en el cielo una estrella, una estrella distinta a las demás. Todos decían que señalaba el camino hasta donde había nacido el niño Jesús. Todos los campesinos la seguían para hacerle regalos, llevarle pan, fruta, telas… Decían que era un niño muy especial y que algún día sería el Rey de Reyes.
Los tres Reyes también decidieron seguirla y llevarle un regalo cada uno. Melchor le llevó oro, Gaspar le llevo un incienso mágico y Baltasar, mirra con la que hacer medicinas y muchas más cosas.
Cada Rey mago montó en su camello y salieron de sus reinos siguiendo a la estrella. Casi llegando a Belén, una gran niebla les cegaba. Así que los tres tuvieron la misma idea, subir a lo alto de una montaña para ver desde allí la estrella que señalaba el camino.
Cuando llegaron encima de la montaña, se encontraron los tres. No se conocían, pero decidieron continuar juntos su camino montados en sus camellos. Era un camino muy largo y llegaron a ser grandes amigos.
Cuando llegaron a Belén, ofrecieron sus regalos al niño Jesús. Se encontraba en un humilde pesebre juntos sus padres, José y María.»
Isidro miraba a su madre con gran atención. La historia le había encantado. Así que su madre terminó de contarla.
«Y desde aquel día, los tres Reyes magos decidieron que cada año repartirían un regalo a cada niño, siempre que se hubiese portado bien, para celebrar la llegada del niño Jesús.»
Isidro estaba emocionado e impaciente. Estaba deseando que llegase la noche del 5 de enero para poner el agua a los camellos, y las galletitas con leche para los Reyes.
Me encanta el cuento. Es precioso. Bueno, ya sabia la historia , pero le cuentas de una manera muy facil de entender para los niños. Se lo voy a contar a Alex. Muchísimas gracias.