El mini cuento de hoy, va dedicado a aquellos niños a los que les cuesta ir temprano a la cama… como mi hijo últimamente…
Era tarde y Carlos ya había cenado. Estaba saltando por el sofá y viendo dibujos. Su madre no paraba de decirle que era muy tarde y que tenía que descansar para ir al colegio.
“Si no te duermes pronto, no podrás jugar mañana”, decía su madre.
Carlos no le hacía ni caso. Le encantaba acostarse tarde y ver la tele hasta que acababan los dibujos. Por la mañana, nunca quería levantarse para ir al cole con sus amigos. Estaba demasiado cansado. Y quería quedarse acurrucado en su cama.
La mañana siguiente, a la hora del recreo, la profesora organizó un juego muy divertido en el que tenían que correr y buscar pistas hasta encontrar el tesoro. A Calos le encantó la idea, pero estaba tan tan cansado, que en la primera pista ya no podía correr más.
Así que se sentó en un escalón a esperar a que sus amigos acabaran ese juego tan divertido. Se puso muy triste, pero es que estaba tan cansado…
Cuando llegó la noche, su mamá se quedó impresionada ya que tras la cena, Carlos se fue a su cama.
“Mamá. Ya siempre me acostaré temprano. No quiero perderme todos los juegos que hacen mis amigos”, dijo Carlos muy contento.
Por la mañana, se despertó lleno de energía y desayunó un gran vaso de leche con galletas. Ese día jugó a hacer carreras, a saltar y a bailar. ¡Qué bien se lo pasó!
Fuente imagen: Imagui
Haber si lo aplico con mi bichito jajaja, aunque a los 5 años anda revolucionado ^.^ Pasamos por aquí para dejarte unos detalles que esperamos te gusten en nuestro blog 🙂 Besitos.
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